lunes, octubre 24, 2005

Un Cansino en París II: Alerta Máxima III

En este capítulo veremos el alto nivel de alerta que tiene en estos momentos el gobierno francés, y mucho más en todos los lugares de turismo. Igualito que aquí.
Evidentemente aquí ya no hay riesgo de atentados ya que estamos nadando en la "Alianza del Gilipollas de las Civilizaciones". También tiene que ver el hecho de que como gobierna el Prisoe y no tienen que echar a otro gobierno del sillón, no es necesario que organicen otros atentados. Eso lo dejaran para dentro de dos elecciones, cuando quieran volver a coger la poltrona.

Bueno, al tema, que me pierdo.
Estábamos al pie de la Torre Eiffel, haciendo cola en una de las patas para subir. Todo petado hasta arriba, porque resulta que es el monumento que más turistas atrae y que más pasta deja al gobierno.
Y la historia no deja de ser curiosa, porque cuando Monsieur Eiffel presentó los planos para construir su mecano gigante para la exposición universal, el politiqueo de la época, en un alarde visionario del que sólo los políticos son capaces, le dijo al buen ingeniero que se fuera a hacer puñetas, que para qué quería la ciudad un armatoste de ese calibre.
Monsieur Eiffel convenció a los jerifaltes con el único argumento que entienden los políticos: las pelas, "Cobremos por subir al primer piso 4,10 yuros, al segundo 7 y al tercero 11".
Esto da como resultado que en París es más barato subir al primer piso de la Torre (4,10) que tomarse una cocacola en una terraza (4,70).

La construcción debió ser algo así : "Chavales, tomad los planos y a ver si no me haceís chapucillas en la junta de las canaletas, que me voy a la taberna un rato."
Cuatro meses después, Eiffel decidió salir un rato del Folie a ver cómo avanzaban los trabajos. Al ver las cuatro patas de ya construidas se llevó un cabreo monumental.
"¿¿¿¿Quién ha sido el listo que ha confundido las medidas ???? Esto tenía que ser un chirimbolo de 3 metros de alto, gilipollas...a ver que hacemos ahora con este mamotreto"
Y como ya tenía la subvención pa construir y era más caro tirar lo que había hecho que seguir, pues hala, p'alante.

Y unos cuantos años después, Francia gana yuros a paletadas gracías al mecano.
Sigo pensando que los franceses tienen un problema con el tamaño : les encanta construir (o robar) cosas grandes y largas y subirse luego en ellas. Que cada uno piense lo que quiera.

Bueno, pues en la cola estábamos, sentados en el borde de un parterre de césped que lindaba con la plaza.
De buenas a primeras un señor policía con un pito en la boca ( de los de pitar, no de los otros) se puso a decirnos que nos levantáramos y nos fuéramos "p'állá".
Empezaron a venir más policía, los vigilantes de la torre, los secretas, unos que iban en bici como los "Pacific Blue", pararon la circulación en la plaza, aparecieron unos furgones de artificieros...
Me faltaron los hombres de Harrelson, la Delta Force y Steven Seagal, que creo que estaba de concierto, pero el despliegue no estaba nada mal.

En un pis-pas acordonaron todo el parterre donde segundos antes habíamos estado sentados, echaron a toda la fila como 40 metros hacia el centro de la torre.
Los Pacific Blue intentaron poner la banda amarilla de "interdit de-passer" usando las bicis como enganches. Cuando se les cayó una bici por segunda vez ya decidieron poner algo más sólido.
Mi hermano y yo aprovechamos y fuimos a pillar unas coca-colas mientras montaban el espectáculo, porque las cosas hay que verlas con calidad.

- Donne mois deux Cocá, s'il vou plait-. "Dame dos coca-colas, gabacho ladrón".
- D'acord, voilá monsieur-. "Toma capullo, te vas a cagar".- 5,80 € s'il vous plait.
- Merci-. "Cabrón, 5,80 por dos coca-colas medianas".
- Merci monsieur-. "Otro al que le he metido el palo. Soy el Curro Jimenez versión francesa".

Volvimos al escenario a ver si nos enterábamos qué demonios pasaba.
Lo que pasaba es que alguien se había dejado una mochila en el parterre de césped.
Y ante el temor de que el dueño fuese Ben Laden, o incluso Pocholo, la detonaron.
Esto es algo que ya te avisan en el aeropuerto: "como se deje una mochila o una maleta por el aeropuerto, no se moleste en reclamarla, porque lo que hacemos aquí es detonar cualquier cosa sospechosa". Con dos cojones. Esto no es broma, lo dicen de verdad.

Cuando sonó la explosión fue la pera, toda la peña que estaba subida a la torre, todos los que estábamos esperando y todos los del Trocadero, al otro lado de la plaza, callados a tope.
Se quedó todo más parado que la leche.
A continuación se acercó un artificiero regordete que escarbó un poco en el lugar donde estaba la mochila.
Hizo el movimiento con la mano de "todo despejado" y hala, el dispositivo de deshizo. Sacaron lo que quedaba de la mochila y "circulen, que aquí no hay nada que ver".
Lo que tenía la mochila eran dos o tres jerseys (ahora con un agujero enorme en el centro).

Si alguien se dejó la mochila de verdad, pues ya sabe que le toca pasarse por las galerías LaFallete a comprarse un par de jerseys. Si lo que se intentó fue probar el dispositivo de seguridad a ver como estaba...pues que cada uno saque sus propias conclusiones. A mí me pareció un buen dispositivo.

Al final, como no hubo susto, nos subimos a la torre, fuimos al Trocadero y nos dimos un buen voltio hasta el Arco del Triunfo , luego Campos Elíseos y plaza de la Concordia, donde vimos otro conato de accidente de tráfico.

Más en próximos capítulos...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ey escritor!!! no digas nos subimos a la torre porque hubo dos HOMBRES que se acojonaron y se quedaron en tierra.

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